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Richard Estes – obra reciente: la complejidad del hiperreralismo urbano

Confiesa esta crítico de provincias su poca afición por el hiperrealismo, al que admira técnicamente,  en base a la precisión y pulcritud, a la captación de reflejos y efectos de luz, la utilización de una gama de colores de gran riqueza de matices, diversidad de tonalidades, meticulosidad en la composición, etc., y ese interés por captar la realidad tomando como modelo la imagen fotográfica y por aspirar a una nitidez absoluta. En demasiados pintores, se observa frialdad y distancia en sus obras, las cuales tienen excesiva semejanza a la fotografía más documental.

Pero siempre hay excepciones. Don Eddy en su momento fue la primera excepción. (MEAM, Marzo-2014). Y el pintor que entre el 5 de octubre y el 4 de noviembre expuso en la Marlborough de Barcelona, es, de momento, la segunda. Se trata de Richard Estés, pintor norteamericano nacido en Illinois, es uno de los fundadores del movimiento fotorrealista, surgido a finales de la década de 1960 en los Estados Unidos. Un estilo pictórico que se basa en la reconstrucción plástica o gráfica de la imagen fotográfica. En ocasiones se ha considerado esta tendencia como heredera del Pop Art por hacer de lo cotidiano y popular, protagonista del cuadro. Pero el Pop Art tiene una mirada irónica y humorística de la que carece el fotorrealismo.

Galería Marlborough Barcelona exhibió un total catorce obras, en la que fue su primera exposición individual en Barcelona,  diez años después de la gran retrospectiva que en el año 2007 le dedicó el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, motivo por el cual, con independencia que algunas de sus obras forman parte de la colección del museo, es conocido tanto por artistas como por coleccionistas y amantes del arte.

Quien suscribe estas líneas, la primera vez que visitó el Thyssen en Madrid, los maestros antiguos y el expresionismo alemán ocuparon su mente y su visión global de la colección, a pesar de contemplar la obra de Estes.

No obstante fue a través de la muestra Un Thyssen nunca visto, exhibida en Caixaforum Barcelona a principios del 2017, cuando el descubrimiento de Estes fue más evidente, sorprendente, subyugante e intrigante.

La muestra de la Marborough respondió perfectamente a las expectativas y calidad indiscutible de Estes en paisaje urbano, pero menos acertado en el natural.

Estes presentó una realidad urbana y cotidiana plagada de estructuras y reflejos, de cemento y de cristal, plagada de perspectivas, con predominio del gris y de tonos metalizados. Un entorno donde la sociedad, es decir, nosotros, se mueve, camina, va en metro o sube y baja las escaleras mecánicas, absorta en sus pensamientos, y completamente aislados unos de otros.

Los personajes de las pinturas urbanas de Estes están juntos, pero nunca van en grupo; comen uno al lado del otro, pero no hablan entre sí. El artista muestra al espectador el vacío existencial de los entornos urbanos, en marco de edificaciones conglomeradas, de escasos árboles y con miles de ventanas siempre cerradas.

Técnicamente el dominio del hiperrealismo es absoluto, pero a diferencia de muchos, no es una imagen fría y distante, sino que se percibe el transitar de almas por calles atestadas de gentes, entre las estructuras edificadas.

Tal vez donde más expresivo resulta Estes es en las obras en las que el transporte público es protagonista.

Trenes y metros sin aglomeraciones de gente, sino con personas cómodamente sentadas. El artista perfila el silencio del vagón a través de la incomunicación de los pasajeros. ¿Cuántas veces no vivimos en nuestra cotidianidad una situación como la que refleja The L Train?

Dentro de esta temática, hay que reconocer su perfeccionismo que llega a rozar la sublimidad.

Serie Antártica II (2013) y IV (2007) – Óleo sobre tabla – 42,6 x 57,8 cm. y 35,6 x 50,5 cm. respectivamente.

Interesantes también fueron sus escenas portuarias, en las que el actor principal es el ferri. Apenas se percibe la figura humana y se observa la soledad de la noche en la oscuridad del entorno.

Su serie Antártida resulta fallida. Técnicamente pulcra y exquisita, pero sin saber plasmar la esencia del entorno. El uso igualmente de tonos metalizados, necesarios para el efecto del fotorrealismo, resultan en estas piezas más fríos que el paisaje. Si bien reflejan retraimiento, y exclusión, la magia de la Naturaleza, creadora de ese silencio atronador del continente helado, no se percibe ni se intuye. Es demasiado parco.

En conjunto, la muestra, que tuvo una gran repercusión en los medios y es de esperar que también en las ventas, puede decirse que fue atractiva, con alto nivel de calidad, con una temática interesante y enigmática que demuestra un pintor amante de su profesión y que sabe captar plasmar una de las lacras de la sociedad del siglo XXI: la ascetismo del ser humano.

MARLBOROUGH Barcelona

C/ Enric Granados, 68

Barcelona

www.galeriamarlborough.com

María teixidó

Crítico de arte

cuadrosdeunaexposicion.es